13 de mayo de 2009

RODANDO

Ahora si, después de algunas semanas de adaptación me dispongo a llevar un registro de mis andanzas en la bici, este aparatito lo usaba en mi otra bici, la de la caída, (proximamente la crónica de la caída en el Ajusco) estuvo guardado en un cajón y sorprendentemente encendió después de ponerle pila nueva, ya estaba pensando en comprar uno de estos inalambrico pero este sirve bien y el diseño metálico me gusta mucho.
Es increíble sentir como el ejercicio actúa en tu cuerpo, he pasado años sin moverme y el deterioro se nota y ahora, en unas semanas de salir a rodar siento el cambio (ya puedo comer y respirar al mismo tiempo) espero no volver a detenerme por el bien de mi cansado corazoncito.
¿A la montaña? por el momento no lo creo, tal vez si mis kilos fueran menos para que la bici no se force si me lanzaría, por lo pronto las calles atestadas de microbuses y taxis neardentales serán mi escenario, espero hacerme pronto de una cámara para el casco y así documentar mis recorridos.

2 comentarios:

  1. Aguas con los microbuses, pueden ser peligosos. Cuenta el relato del Ajusco.

    Rolando

    ResponderBorrar
  2. Ya no te hagas del rogar y cuentales el relato del ajusco, si no recuerdas algo por tu achaques o el deterioro de tu cabeza por el golpe dime y te ayudo a recordar, es una imagen que no tan facilmente saldra de mi cabeza al verte volar por los aires dando volteretas al mismo tiempo. jejeje.

    Saludos

    ResponderBorrar