EL MADRAZO EN EL AJUSCO parte 2

Dice Beto que realmente volé el tuvo primera fila y lo vio todo, dice que se escuchó como crujían mis huesitos, al golpear la cabeza el piso, mi cuerpo se dobló como nunca lo había hecho sacándome todo el aire. Sabía que algo serio me había pasado, lo primero que hice fue quitarme el casco y me lo puse bajo la cabeza a manera de almohada, Beto se acercó y me levantó las piernas como a los futbolistas cuando les dan un balonazo en el abdomen, no mames¡¡ que pinche dolor¡¡¡ al señalarle que lo dejara de hacer me di cuenta que mi brazo derecho me dolía a lo cabrón, hice un rápido recuento y me di cuenta que el golpe me había dañado la parte superior derecha del cuerpo.

Cuando te das un madrazo de ese tamaño no te das cuenta del daño hasta que se enfría el golpe, logré levantarme, logré subir a la bici, era una ventaja que el camino fuera cuesta abajo. estábamos a media montaña, el radio no recibía respuesta así que Beto se adelantó a conseguir ayuda. El dolor, que en un principio era fuerte se estaba incrementando, cada bache retumbaba en mi hombro, solo podía apoyarme con el brazo izquierdo y el freno de ese lado es el delantero así que mantener el control era muy dificil, avancé varios kilómetros de esa forma hasta que el dolor me hizo bajar y empujar la bici mientras caminaba, como a un km de la salida y del estacionamiento yo ya no podia mas, en ese momento ya tenia miedo... mucho miedo, tomé el radio y abandoné la bici, si se la robaban ya no me importaba yo solo queria salir de ahí, mi respiración se había vuelto trabajosa, corta y superficial ademas de muy dolorosa, comenzaba a tener frío, para ese momento el radio ya captaba la señal de Gaby y escuche que Beto le decia que alistara el carro pues yo me había caído "un poco fuerte".

Corriendo, pues ya había dejado su bici en el carro, Beto me encontró y fue hasta donde había abandonado mi maquina. Apoyado en el llegué al estacionamiento, sobra decir que ese día no había ambulancias allá arriba, como pude me subí al asiento delantero ayudado por Gaby y su cara de espantada al ver mi facha. Ellos montaron rápidamente todo y arrancaron hacia algún hospital pues no tengo seguro ni nada de eso, un radio olvidado en el toldo salió volando en la primera curva, lo recogieron y bajamos del ajusco.

Y si mi respiración sigue acortandose? -llévenme a un hospital por que esto si es serio- Realmente pensé en que dejaría de respirar, cada aspiración era muy dolorosa, tuve miedo de morir. Por fortuna nos dejaron entrar con todo y carro hasta la zona de urgencias del Gea González con la condición de que solo me dejaran y volvieran a salir, Gaby se quedó conmigo en la sala de espera. Que cagado me he de haber visto, todo lleno de tierra mezclada con sudor y sangre, palido y frio. Cuando me levanté para ir a tomarme una radiografía Gaby me preguntó si quería una silla de ruedas, yo pensé chale si las piernas es lo unico mas o menos que me funciona, y andale guey, por valiente pinche dolor de todo al levantarme y al caminar.

-Levante su brazo hasta arriba de la cabeza- No inventes pensé que estaba bromeando la enfermera pero no, en ese momento pensé que se me safaría el hombro... Ya con las placas y parado frente al doctor que con toda suspicacia me dijo -se cayó de la bicicleta verdad?- me revisó y, despues de mostrarle mi casco roto... No les había dicho que se rompió el casco? pues así fue, un casco de 2 pulgadas de espesor me había salvado la vida.... el doctor me dijo -Eres afortunado de solo tener una clavicula dislocada y raspones menores pues si no hubieras tenido puesto el casco en estos momentos de menos estarías en terapia intensiva....

Al final llegué a casa con un cabestrillo, medicamento para el dolor y antinflamatorios, tierra hasta en los calzones, sangre en mis brazos y piernas y una enorme lección de vida. No es la mejor manera de aprender sobre amistad y prevención pero a veces uno no se deja enseñar de otra forma.

En vedad me ha costado mucho revivir ese dia, pero es un buen pretexto para agradecerles de nuevo a Gaby y a Beto el haberme ayudado, los quiero mucho... y gracias a dios, ahora ya tengo otro casco y puedo andar en bicicleta de nuevo.